Un hombre con cabeza, corazón y alma.Un hombre que sea capaz de escuchar , guiar  y  respetar a una criatura, y no de ahogar en ella sus propios defectos.

- Me parece usted un hombre nuevo ,Fermín.
-Es que lo soy. La Bernarda me ha hecho desear ser un hombre mejor de lo que soy.
-¿Y eso?
-Para merecerla.. Usted ahora no lo entiende, porque es joven. Pero con el tiempo verá que lo que cuenta a veces no es lo que se da, sino lo que se cede....
...... Y a mí esa mujer me gusta más que el melocotón en almíbar. Con decirle que soy capaz de pasar por una iglesia después de treinta y dos años de abstinencia clerical y recitar los salmos de san Serafín o lo que haga falta por ella. ......
Mire, Daniel, a mi edad o uno empieza a ver la jugada con claridad o está bien jodido. Esta vida vale la pena vivirla por tres o cuatro cosas, y lo demás es abono para el campo. Yo he hecho mucha tontería ya, y ahora sé que lo único que quiero es hacer feliz a la Bernarda y morirme algún día en sus brazos . Quiero volver a ser un hombre respetable, ¿sabe usted? No por mí, que a mí el respeto de este orfeón de monas que llamamos humanidad me la trae flojísima, sino por ella. Porque la Bernarda cree en estas cosas, en las radio novelas, en los curas, en la respetabilidad y en la virgen de Lourdes. Ella es así y yo la quiero como es, sin que me cambien ni un pelo de esos que le salen en la barbilla. Y que piense: mi Fermín es un cacho de hombre, como Cary Grant, Hemingway o Manolete.

                              Carlos R. Zafón